Atravesamos un cambio cultural en el país para varios temas y la crianza de nuestras niñas y niños no es la excepción. Los adultos venimos de una generación de niños que se formaron a través de métodos violentos y castigos corporales. Pellizcos, nalgadas y manazos eran parte de la formación, y las emociones y los sentimientos no eran atendidos ni se les prestaban importancia, mucho menos se veían las necesidades afectivas de los pequeños.
Cuántas veces escuchamos a nuestros padres decir, cuando la situación los rebasaba y terminaban disculpándose por conductas que ellos mismos valoraban como inapropiadas, “es que nadie nos enseñó a ser padres”, “no hay una escuela para ser padres” o “hacemos lo mejor que podemos”. Por fortuna esto ha cambiado.
Después de muchos años de estudio se determinó que la crianza positiva, la crianza respetuosa o la crianza con amor obtiene mejores resultados en la formación de las niñas y niños que una crianza con métodos disciplinarios autoritarios, violentos e inflexibles.
Los especialistas nos dicen que existen muchas formas de criar, tantas como madres, padres y personas cuidadoras hay en el mundo, pero desde Unicef México, el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y las organizaciones de la sociedad civil nos invitan a transitar hacia la crianza respetuosa y de buen trato, una crianza que respeta las emociones y los derechos de los niños, reconociendo, desde el Estado, que se requiere un cambio cultural y cuidar a la primera infancia.
Por ello los tres organismos prepararon un ciclo de conferencias, entrenamientos o webinars y nos acercaron herramientas, consejos y prácticas para entender una nueva forma de crianza, una manera respetuosa que no se confunda con permisibilidad o falta de límites, que son las críticas que les hacen a los nuevos padres.
En la pasada consulta infantil Me Escuchas (2022), donde participación de 1.3 millones de niñas, niños y adolescentes, se les preguntó ¿Qué te preocupa? Y la respuesta en todos los estados y municipios fue: La violencia y el maltrato en casa.
“Tenemos que hacer un enorme esfuerzo por lograr que cambie la cultura en las casas y la forma de relación en las casas, que se base en el respeto, unión, cariño y la escucha, componente de la crianza positiva”, describió Nuria Fernández, titular del Sistema Nacional para el DIF durante la inauguración de las mesas, el pasado 26 de junio.
Ese día arrancaron cinco conferencias con igual número de especialistas que tocaron temas de crianza: La primera mesa fue Buen trato: herramientas prácticas para una crianza positiva, teniendo como ponente a Patricia Bordier, oficial de Protección de la Unicef; la segunda fue Nuevas Masculinidades para una Crianza Respetuosa y el ponente fue Simón Pablo Sandoval Rubio; la tercera mesa fue Crianza Libre de Estereotipos de Género, a cargo de Luz del Carmen Aguilar. La cuarta mesa fue Ciberseguridad y Adolescencia: los retos de vivir en el mundo digital, a cargo de Janina Cuevas, y por último, La Importancia de la Salud Mental en la Crianza de los niños, niñas y adolescentes, teniendo como ponente Aurore Brossault.
Herramientas para una crianza positiva
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¿Qué hacer ante los desbordamientos emocionales, los mal llamados berrinches? ¿Cómo logramos una comunicación efectiva y afectiva? ¿A quién se le ocurrió que, con golpes, castigo y haciendo sentir mal a un niño se erradica una conducta negativa? Hablemos de consecuencias, no de castigos. Recurramos al humor, al juego y al abrazo para lograr lazos afectivos duraderos, dejemos de invalidar las emociones y los problemas de los niños, pongamos límites para formar a personas sanas, fueron algunos de los temas que desarrolló Patricia Bordier Morteo, oficial nacional de Protección la Infancia en Unicef México, especialista en prevención de la violencia y crianza respetuosa.
En la primera charla compartió seis principios básicos de la crianza respetuosa y 10 herramientas prácticas para favorecer un trato con dignidad y respeto a las niñas, los niños y los adolescentes (NNyA). Las acciones se entrecruzan y tienen que ver con el ser, estar, acompañar, cuidar las emociones y reflexionar con ellos.
“Somos una generación que partimos de una crianza que fue basada en temas de castigo corporal, pero se ha descubierto después de muchos años de estudios que hay otras alternativas. Y vamos a hablar de esta alternativa a la crianza con violencia, cómo se implementa en casa, cómo se puede adquirir herramientas como personas cuidadoras para criar de una forma distinta y alternativa”, explicó Bordier.
Gaudencio Rodríguez, especialista de Unicef en Crianza Positiva y Buenos Tratos, se explicó en un video que la crianza positiva, respetuosa, con amor y ternura son aquellas prácticas de cuidado, formación y guía que posibilitan el desarrollo, bienestar y crecimiento saludable y armonioso, tanto físico como mental, espiritual, ético, cultural y social de las NNyA.
Destacó la importancia de conocer la necesidad de desarrollo en función de las etapas evolutivas ya que las necesidades cambian y se manifiestan de manera diferente a través del tiempo. “No olvides que durante la crianza es más útil e importante identificar las emociones y necesidades, que pretender solo controlar o modificar su comportamiento”.
Bordier citó 6 principios básicos para lograr una crianza respetuosa:
1.-Estar presentes.
Este es el ingrediente secreto para construir una relación de confianza y abonar al apego seguro de las niñas y los niños. Ser sensibles a sus necesidades, responder de forma adecuada y consistente fortalecerá un vínculo afectivo sólido, sobre todo en las primeras etapas de vida. “Si el niño o la niña siente esta confianza y apego a algunas personas le permitirá confiar en él y en su entorno. Esto es muy importe, es algo que se hereda para toda la vida: confianza, seguridad y autoestima”.
2.-Autonomia progresiva.
Arreglar y adecuar todo el entorno en donde se desarrollan los niños para que ellos puedan hacer lo que les nace hacer. No les debemos de quitar nunca el impulso y el incentivo de hacer algo, al contrario. Conforme van pasando los años ellos se van sintiendo más fuertes y confiados en hacer actividades sin ayuda de los papás. Un principio de la filosofía Montesori es: Ayúdame a hacerlo por mí mismo.
3.-Los niños actúan mejor cuando se siente bien.
¿De dónde sacamos la loca idea de que los niños actúen mejor cuando los hacemos sentir mal? Con la crianza autoritaria y el castigo corporal creemos que haciéndolo sentir mal van a actuar bien. Esto es falso y no cambian las conductas inapropiadas. Es un contrasentido. El niño no entiende porque coscorrón y el pellizco, no lo relaciona y solo le hace sentir miedo e inseguridad.
4.-La empatía.
Pongámonos en sus zapatos. Hay que aprender a ver y comprender a través de ellos para bridarles calidez y estructura apropiadas para su nivel de desarrollo.
5.-Poner límites firmes.
No se desarrolla la crianza positiva sin límites, no significa una crianza permisiva. Tenemos que poner límites firmes y no usar golpes, gritos, insultos y humillaciones.
6) Predica con el ejemplo.
Lo que nosotros queramos ver en nuestros hijos nosotros lo tenemos que hacer y demostrar que es posible porque ellos aprenden lo que ven. La regla de oro para la crianza es tratar a nuestros hijos como nos hubiera a nosotros cuando cometimos una conducta inadecuada.
Las diez herramientas
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1.-Tiempo uno a uno.
Tiempo de calidad y estar presente, olvidarse de las cosas de adultos. Jugar. Dar más tiempo, menos cosas. Dejar que ella o él diga qué quiere hace en ese momento. Hacerlo sentir importante repercutirá en habilidades socioemocionales muy valiosas.
2.-Poner límites.
Mostrar las consecuencias de los actos como algo natural y lógico. Consecuencias no son castigos, éste es solo un tipo de consecuencia y no sirve de mucho. Se trata de que ellos reflexionen. Las consecuencias deben ser 4R: Relacionadas, Respetuosas, Razonables y Reparadoras.
3.-Validar sus emociones.
Enseñarles a expresarse sus sentimientos con palabras. Parece lógico, pero constantemente invalidamos su sentir con respuestas como: “No pasa nada”, “no llores”, “no es nada”, “te lo dije”, “esos no son problemas, problemas son los que yo tengo”.
4.-Anticiparte.
Dar indicaciones cortas y claras y establecer rutinas. Ser claros en qué momento está dedicado a qué. Si sabemos que ellos se tardan en su arreglo, anticipemos el tiempo en lugar de carrerear y gritar. Anunciar los cambios en actividades y qué va a ocurrir.
5.- Implicarlos en la toma de decisiones.
Darles la libertad para escoger entre alternativas y opciones limitadas y cumplirlas.
6.-Prevenir los conflictos.
Lograr la cooperación en una situación de conflicto. Para eso contamos con el método de las dos C y las dos R. Calmar y Conectar: cuando se pierde el control de las emociones entramos en contacto visual. Recuperar y Resolver: recuperamos el aliento y buscamos juntos alternativas constructivas a la situación.
7.-Educar en positivo.
El lenguaje corporal y oral es muy importante. Cambiemos frases con el no, por situaciones en positivo. Antes que decir no ofrecer alternativas de lo que sí se puede hacer. Para lograr una comunicación afectiva, cuando cometan un error describimos la acción, no los estigmatizamos a ellos. Ellos no son el error.
8.- Permitirles que lleguen a sus conclusiones.
En lugar de imponer y decir porque lo digo yo, establecer un enfoque soluciones. Hacerle preguntas sobre la situación que están viviendo y qué piensan al respecto. Instalarnos en un diálogo genuino con ellos.
9.-Juegos, humor y abrazos.
Cuando hay tensión podemos recurrir al humor, al juego y al abrazo. Es el mejor método de parar un posible desbordamiento emocional. Como adultos nos sirve también tener estos escapes, utilizar la risa y las bromas nos permiten conectar y calmar la situación.
10.- Entender los mal llamados berrinches.
Es importante que sepas que son consecuencia de un desbordamiento emocional y aparecen entre los 2 y 4 años, en una etapa de la vida en que su lenguaje y capacidad para controlar sus deseos e impulso es limitada. No es un capricho, no quieren manipularte, no lo hacen de manera consciente. Entonces ¿Qué hacer antes, durante y después? Hay un contrapeso en el cerebro que termina de construirse hasta los 18-20 años.
Para conocer la respuesta de ésta y otras situaciones te invitamos a ver aquí el webinnar para una #CrianzaRespetuosa.
https://www.youtube.com/watch?v=_oITk8RT4_k